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Aspectos básicos de las políticas públicas: El Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP)

El Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (en inglés Supplemental Nutrition Assistance Program o SNAP), anteriormente conocido como el Programa de Cupones para Alimentos, es el programa en contra del hambre más importante de la nación. En 2021, el SNAP ayudó a un promedio de más de 41 millones de personas de bajos ingresos en los Estados Unidos para que cada mes pudieran pagar el costo de una alimentación nutricionalmente adecuada.

¿Qué es el SNAP?

El SNAP proporciona apoyo nutricional de importancia a las familias trabajadoras que devengan ingresos insuficientes, a los adultos mayores (mayores de 60 años) y a las personas con discapacidades de bajos ingresos que viven con ingresos limitados, además de otros individuos y hogares de bajos ingresos. Casi dos tercios de los participantes del SNAP son parte de familias con niños y cerca de un tercio de los hogares tienen adultos mayores o personas con discapacidades. Después del seguro de desempleo, el SNAP es el programa federal de mayor respuesta que proporciona ayuda adicional durante o después de recesiones económicas.

El gobierno federal paga el costo total de los beneficios del SNAP y divide el costo administrativo del programa con los estados donde este se implementa. El SNAP se implementa en los 50 estados, el Distrito de Columbia, Guam, y las Islas Vírgenes; sin embargo, Puerto Rico, Samoa Americana o la Mancomunidad de las Islas Marianas del Norte no cuentan con este programa. A pesar de tener niveles más altos de pobreza que en otras partes de los Estados Unidos, estos tres territorios están excluidos del SNAP y, en lugar, reciben subvenciones en bloque (en inglés block grant) limitadas como asistencia nutricional.

¿Quiénes son elegibles para el SNAP?

A diferencia de la mayoría de los programas de beneficios basados en los ingresos y recursos de los solicitantes, y que se limitan a categorías particulares de personas de bajos ingresos, el SNAP está ampliamente disponible para los hogares de bajos ingresos. Las reglas de elegibilidad y los niveles de beneficios del SNAP se establecen, en su mayoría, a nivel federal y son uniformes en toda la nación, pero los estados cuentan con la flexibilidad de adaptar algunos aspectos como, por ejemplo, el valor de un vehículo que un hogar posee para poder obtener beneficios. Según las normas federales, para poder obtener los beneficios del SNAP, un hogar debe cumplir con tres requisitos (que los estados tienen la flexibilidad de ajustar):

  • Por lo general, sus ingresos mensuales deben ser o estar por debajo del 130 por ciento del umbral de la pobreza, es decir, $2,379 mensuales (cerca de $28,550 anuales) para una familia de tres personas en el año fiscal 2022. Los hogares con una persona de 60 años o mayor, o una persona con una discapacidad no tienen que cumplir con este límite de ingresos.
  • Sus ingresos mensuales netos, es decir, los ingresos restantes después de que se hagan las deducciones por costos de vivienda y de cuidado infantil, deben ser iguales o estar por debajo del umbral de la pobreza ($1,830 mensuales o cerca de $21,960 anuales para un hogar de tres personas en el año fiscal 2022).
  • Sus activos deben estar por debajo de ciertos límites: en el año fiscal 2022, el límite esta de $2,500 para hogares sin una persona mayor de 60 años o con una discapacidad, y de $3,750 para hogares con un adulto mayor o una persona con una discapacidad.

Un hogar participante del SNAP está conformado, por lo general, por personas que viven juntas y que adquieren y preparan alimentos de manera conjunta. Algunas personas como, por ejemplo, personas que están en huelga, estudiantes de estudios superiores, personas con condenas por crímenes relacionados con drogas en algunos estados y personas en ciertas categorías migratorias, no son elegibles para los beneficios del SNAP sin importar el valor insuficiente de sus ingresos o activos.

La mayoría de las personas adultas desempleadas y sin discapacidades de entre 18 y 49 años que viven sin menores tienen hasta tres meses de beneficios, a menos que estén trabajando por lo menos 20 horas semanales o que estén participando en un programa de beneficios para desempleados o de capacitación. Los estados pueden pedir exenciones temporales a este límite de tiempo aplicables a las áreas con mayor desempleo y donde escasean ofertas de empleo. Para recibir una exención, los estados deben proporcionar datos detallados del Departamento de Trabajo sobre aquellas áreas con mayores tasas de desempleo. En 2020, como respuesta a la pandemia del COVID-19, el Congreso suspendió temporalmente el límite de los tres meses y extendió el tiempo de vigencia de los beneficios hasta el mes siguiente después de la terminación federal de la emergencia de salud pública. Los estados también tienen una amplia autoridad independiente para imponerles requisitos de trabajo a los adultos de los hogares participantes del SNAP, pero algunos estados también suspendieron temporalmente tales requisitos debido a la pandemia.

Los datos de antes de la pandemia muestran que casi el 90 por ciento de los participantes eran hogares con un menor de 18 años, un adulto mayor de 60 años o una persona con una discapacidad. Los participantes menores de 18 años conforman casi la mitad (el 44 por ciento) de todos los participantes del SNAP. Casi dos tercios de los participantes del SNAP son parte de familias con niños y cerca de un tercio de los hogares tienen adultos mayores o personas con discapacidades. En casi la mitad de los hogares participantes del SNAP, las personas cabeza de familia son personas blancas no latinas; en un cuarto de los hogares, personas negras no latinas; y, en más de un quinto los hogares, personas latinas (de cualquier raza). Además, en cerca de un 7 por ciento de los hogares participantes del SNAP las personas cabeza de familia son personas asiáticas o de otra raza.[1]

¿Cómo se presenta una solicitud para el SNAP?

Cada estado diseña su propio proceso de solicitud siguiendo los lineamientos federales. Las personas pueden presentar su solicitud en persona en una oficina local del SNAP o enviar su solicitud por correo postal. Casi todos los estados cuentan con un proceso de solicitudes en línea. Los solicitantes deben participar en una entrevista de elegibilidad y que, a menudo, puede llevarse a cabo por teléfono. También deben presentar documentación sobre varios aspectos, incluida su identidad, residencia, estatus migratorio, composición del hogar, ingresos y recursos y gastos deducibles.

Los hogares que resulten elegibles reciben una tarjeta de transferencia electrónica de beneficios (en inglés, electronic benefit transfer o EBT) con recargas de beneficios mensuales. Los miembros de los hogares pueden usarla para la compra de alimentos en más de 254,000 mercados minoristas autorizados para participar en el programa. En 2021, el 80 por ciento de los beneficios se canjearon en supermercados y supertiendas. Los beneficios del SNAP no pueden utilizarse para comprar bebidas alcohólicas, cigarrillos, suplementos vitamínicos, artículos que no sean alimentos como suministros domésticos ni comidas calientes.

Los hogares deben comunicarse con la oficina local del SNAP para informar sus ingresos aumentan drásticamente. También deben volver a presentar su solicitud de participación periódicamente, por lo general, de cada seis a 12 meses para la mayoría de las familias, y de cada 12 a 24 meses para los adultos mayores y las personas con discapacidades.

Durante la emergencia de salud pública declarada por la pandemia, los estados han recurrido a flexibilidad temporal del SNAP que el Congreso y el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (en inglés U.S. Departament of Agriculture o USDA) otorgaron para facilitar el manejo del programa. Por ejemplo, los estados han podido modificar temporalmente los requisitos de entrevista, el periodo de certificación y de informe para poder manejar las demandas administrativas y asegurar que los participantes puedan mantener el acceso a sus beneficios del SNAP.

¿Cuánto reciben los hogares en beneficios?

En promedio, los participantes del SNAP recibieron unos $127 mensuales (cerca de $4.16 diarios) por persona en beneficios regulares del SNAP en el año fiscal 2021.[2] Recibieron $92 adicionales por mes (o $3.01 diarios) por persona en beneficios temporales relacionados con la pandemia, para un total mensual de $218 por persona.[3] (Ver el recuadro “Aumento de beneficios del SNAP durante la pandemia de COVID‑19.) El aumento de beneficios relacionado con la pandemia caducará cuando termine la emergencia federal de salud pública o cuando los estados declaren la terminación de su emergencia estatal, tal como algunos lo han hecho, lo que resultará en un recorte a los beneficios de los participantes del SNAP.

Para ayudar a los hogares más necesitados a que puedan pagar el costo de una alimentación adecuada, la fórmula de beneficios del SNAP les permite a los hogares con los ingresos más bajos recibir beneficios superiores a los de aquellos hogares que se encuentran más cerca del umbral de la pobreza. La fórmula da por sentado que las familias gastan el 30 por ciento de los ingresos netos en alimentos; el SNAP compensa la diferencia entre los ingresos restantes y el costo del Plan de Alimentos Económicos (en inglés Thrifty Food Plan o TFP).

Conforme a una disposición bipartidaria en la Ley Agrícola del 2018, el USDA revisó el TFP en agosto de 2021 para que reflejara con mayor precisión el costo de una dieta saludable y aumentó a un 21 por ciento los beneficios máximos del SNAP, hecho que entró en vigencia en octubre de 2021. El poder adquisitivo real del TFP ha sido el mismo desde 1970 debido a una decisión administrativa que sólo permite aumentar el costo a partir de la inflación y no de los cambios en los lineamientos alimentarios, en los patrones de consumo y en las limitaciones de las familias trabajadoras que han incrementado lo que las familias deben pagar para poder tener una alimentación adecuada.

En comparación a las décadas de 1970, la evidencia científica de hoy en día enfatiza en la importancia de alimentarse con subgrupos específicos de alimentos, por ejemplo, cereales integrales, vegetales verdes y anaranjados, proteínas magras y frutos del mar. Este cambio dejó al TFP obsoleto y deficiente. Como resultado, los beneficios del SNAP fueron mucho menos de lo que los hogares necesitan para poder tener una alimentación saludable y dejando a muchos sin beneficios antes de fin de mes e incrementando su riesgo de inseguridad alimentaria (es decir, limitando el acceso a alimentos adecuados por falta de dinero o de otros recursos ). Investigaciones han revelado que el quedarse sin beneficios puede perjudicar la salud y el progreso escolar: el número de personas hospitalizadas y de problemas disciplinarios aumentan, a la par que los resultados en las pruebas académicas disminuyen, en los hogares del SNAP cuando llega el fin de mes.[4]

Un hogar sin ingresos netos recibe la cantidad máxima de beneficios; esta es equivalente al costo del Plan de Alimentos Económicos para un hogar del mismo tamaño (consulte la tabla 1). Por ejemplo, en un hogar de tres personas: si este no tuviera ingresos, recibiría el beneficio máximo de $658 al mes. Si tuviera $600 en ingresos netos mensuales, recibiría el beneficio máximo ($658) menos el 30 por ciento de sus ingresos netos (el 30 por ciento de $600 es $180), o sea $478. Debido a la pandemia, se han suspendido temporalmente tales reglas para el cálculo de beneficios en los estados con asignaciones por emergencia. [5]

TABLA 1
Beneficios del SNAP por tamaño de hogar
Tamaño del hogarBeneficio máximo mensual,  
año fiscal 2022
Beneficio mensual promedio estimado, año fiscal 2022*
1$250$175
2$459$334
3$658$520
4$835$638
5$992$748
6$1,190$869
7$1,316$941
8$1,504$1,137
Cada persona adicional$188 

* Los beneficios promedios estimados se basan en los datos de las Características para el Control de Calidad de los Hogares del SNAP para el año fiscal 2019, los datos más recientes disponibles, adaptados para incorporar los beneficios máximos actualizados para el año fiscal 2022. Durante la emergencia de salud pública, la mayoría de los estados les han proporcionado a los hogares las asignaciones por emergencia o el beneficio máximo para un hogar del tamaño correspondiente. Para abril de 2021, los estados les proporcionaron a los hogares beneficios adicionales de EA iguales al beneficio más alto de $95 o la diferencia entre el beneficio máximo para el hogar del tamaño correspondiente y el beneficio atribuido inicialmente. Los beneficios promedios estimados que se presentan aquí corresponden a las normas habituales de beneficios del SNAP y no incluyen las EA.

Fuente: USDA, “SNAP – Fiscal Year 2022 Cost-of-Living Adjustments,” 16 de agosto, 2021, https://fns-prod.azureedge.us/sites/default/files/resource-files/2022-SNAP-COLA- Maximum-Allotments.pdf. Los beneficios del SNAP en Alaska, Hawái, Guam y las Islas Vírgenes son mayores que en los otros 48 estados y Washington, D.C. porque los estándares de elegibilidad de ingresos, los beneficios máximos y las cantidades deducidas son diferentes.

¿Cuánto cuesta el SNAP?

En el año fiscal de 2021, el gobierno federal gastó cerca de $111 mil millones en el SNAP y en otros programas de asistencia nutricional relacionados. Cerca de $105 mil millones, es decir, un 94 por ciento de los gastos del SNAP fueron directamente a los beneficios que los hogares reciben para la compra de alimentos. Del total de beneficios del SNAP del año fiscal de 2021, se habían aprobado aproximadamente $63 mil millones, es decir un 60 por ciento, para el SNAP normal. El resto ($42 mil millones, es decir, el 40 por ciento) vino de la autorización temporal que el Congreso y los gobiernos de Trump y de Biden otorgaron para enfrentar la pandemia.

Cerca de un 5 por ciento de los gastos del SNAP de 2021 se emplearon en el costo administrativo estatal, que incluye las determinaciones de elegibilidad, empleo, capacitación y educación nutricional para los hogares del SNAP, y las actividades en contra de las estafas. La legislatura de alivio ante la pandemia de COVID-19 otorgó más de mil millones de dólares adicionales de financiación para los gastos administrativos de los estados que se hicieron disponibles a partir de 2021 y durarán varios años. Menos del 1 por ciento de los gastos del SNAP se empleó en el costo federal administrativo.  
 

$3.6 mil millones adicionales se dedicaron, en 2021, a otros programas de asistencia nutricional conforme a la ley del SNAP, entre los que se cuentan las subvenciones en bloque (en inglés block grant) de asistencia nutricional para Puerto Rico, Samoa Americana y la Mancomunidad de las Islas Marianas del Norte, mercancías para el Programa de Asistencia Nutricional por Emergencia (que ayuda a las despensas de alimentos y a los comedores comunitarios de todo el país) y para el Programa de Distribución de Alimentos de las reservas indígenas. (Cada programa recibió en 2021 aumentos temporales debido a la pandemia).

Las cifras en esta sección no incluyen el Programa de Transferencia Electrónica de Beneficios por la Pandemia, un programa temporal de nutrición infantil que otorga fondos en tarjetas de transferencia electrónica de beneficios (en inglés, electronic benefit transfer o EBT) para niños de bajos ingresos y que les permitía a las familias preparar en el hogar las comidas que no los niños pudieron consumir en las escuelas o guarderías durante la pandemia.

La cantidad de casos del SNAP aumentó a inicios de la pandemia; los costos se moderarán en el futuro

El número de participantes del SNAP subió de 37 millones en un mes promedio antes de la pandemia a 43 millones en junio de 2020. (La cifra total de personas a quienes el SNAP les ayudó durante la pandemia es seguramente más alta, ya que los hogares se iban inscribiendo y dejando el programa en los dos últimos años). El número de participantes se ha reducido desde el verano de 2020, pero en febrero de 2022 (los datos disponibles más recientes) más de 41 millones de personas participaron, es decir, hubo un 12 por ciento más de participantes con respecto a los 37 millones de participantes para febrero de 2020. El aumento en la participación del SNAP revirtió seis años de descenso tras la paulatina recuperación económica de la Gran Recesión. Sin embargo, el aumento de casos del SNAP actualmente permanece debajo del punto más alto de los 48 millones de participantes que se registraron tras tal recesión. La Oficina del Presupuesto del Congreso (en inglés Congressional Budget Office o CBO) pronóstica que el número de participantes del SNAP seguirá bajando en los años que viene hasta llegar a los niveles que antecedieron la pandemia.

Los gastos del SNAP incrementaron drásticamente a inicios de 2020 a medida que la participación aumentaba y que las asignaciones temporales por emergencia subían los beneficios. Medidos como una proporción de la economía (el producto interno bruto), los gastos del SNAP — que descendieron a un 39 por ciento entre 2013 y 2019 — bajarán drásticamente cuando se terminen las asignaciones por emergencia y, según el pronóstico de la Oficina de Presupuesto del Congreso, los gastos continuarán en descenso en los años que vienen. Incluso con las recientes tasas altas de inflación en los alimentos y con las revisiones de 2021 al Plan de Alimentos Económicos, los gastos del SNAP para 2032, como proporción del producto interno bruto según lo estima la Oficina de Presupuesto del Congreso, volverán a los niveles de 2019. Por consiguiente, el SNAP no contribuye a presiones presupuestarias de largo plazo.

Características especiales del SNAP

Aunque el propósito fundamental del SNAP es ayudar a las familias, a los adultos mayores y a las personas con discapacidades de bajos ingresos a que puedan cubrir el costo de una alimentación adecuada, el SNAP también cumple con otros objetivos:

Protege a las familias de la adversidad y del hambre

Cualquier persona que cumpla con los requisitos establecidos en las reglas del programa puede recibir los beneficios del SNAP. La inscripción se amplía cuando la economía se debilita y se contrae cuando la economía se recupera y bajan las tasas de pobreza. De esta manera, el SNAP les ayuda a las familias a sobreponerse en periodos de desempleo o de crisis familiares. Si un padre o madre pierde su empleo o tiene un empleo con un salario muy bajo, el SNAP le ayuda para que sus hijos puedan alimentarse hasta que mejoren las circunstancias del hogar.

Investigaciones han demostrado que los beneficios del SNAP han reducido la inseguridad alimentaria de los hogares que tienen recursos limitados para la compra de alimentos adecuados. Las pruebas de las investigaciones revelan que la participación del SNAP redujo la inseguridad alimentaria a casi un 30 por ciento y logra una mayor eficacia en el caso de los niños y de las personas con escasa seguridad alimentaria, es decir, una forma grave de inseguridad alimentaria que se caracteriza por patrones de alimentación interrumpidos y la ingestión de poca comida.

Según los datos anuales sobre la inseguridad alimentaria en el Suplemento de Seguridad Alimentaria (en inglés Food Security Supplement o FSS) de la Encuesta de Población Actual (en inglés Current Population Survey o CPS) de diciembre, a inicios de la Gran Recesión, la inseguridad alimentaria subió drásticamente de un 11.1 por ciento en 2007 a un 14.6 por ciento en 2008. Su punto mayor fue en 2011 con un 15 por ciento y descendió continuamente hasta un 10.5 por ciento en 2019, un 30 por ciento menos comparado con el punto más alto del año 2011.

Como resultado de los sólidos esfuerzos de alivio durante la pandemia, la inseguridad alimentaria no se disparó de la misma manera en que lo hizo durante la Gran Recesión. La medida típica anual de 10.5 por ciento para el año 2019 no cambió en 2020. Sin embargo, el número de personas en hogares con inseguridad alimentaria subió 3 millones: de 35.2 millones en 2019 a 38.3 millones en 2020.

Debido al arraigo del racismo y de la discriminación estructural, las personas de color enfrentan inseguridad alimentaria de manera desproporcionada. La inseguridad alimentaria, según los parámetros anuales, incrementó de 2019 a 2020 en los hogares con niños y en los hogares en los que la cabeza de familia son personas negras. A diferencia de los que otros datos anuales muestran, los datos del censo indican más altos niveles de insuficiencia alimentaria (una medida diferente de adversidad alimentaria) durante la pandemia. En 2020, los hogares en los que la cabeza de familia son personas negras o latinas tenían dos veces más probabilidades de enfrentar inseguridad alimentaria que los hogares en los que la cabeza de familia son personas blancas. Incluso, tras la terminación de la emergencia de salud pública, el acceso a los beneficios del SNAP tiene un papel significativo en la reducción del hambre y del riesgo de inseguridad alimentaria, así como en las disparidades raciales relacionadas con la inseguridad alimentaria.

Protege a la economía en general

Los beneficios del SNAP son una de las formas más rápidas y efectivas para estimular la economía ya que ponen dinero en circulación durante una recesión económica. Las personas de bajos ingresos gastan, por lo general, todos sus ingresos en suplir necesidades diarias como techo, comida y transporte. Esto quiere decir que cada dólar del SNAP que una familia de bajos ingresos recibe les permite gastar un dólar adicional en comida o en otros artículos. Según datos de 2017, cerca del 78 por ciento de los beneficios del SNAP se canjean a las dos semanas de ser recibidos y un 96 por ciento se gasta dentro del mes.

Cada dólar en nuevos beneficios del SNAP aumenta el producto interno bruto a $1.50 en una economía débil, según un informe del Departamento de Agricultura de 2019. Igualmente, la Oficina del Presupuesto del Congreso y Moody’s Analytics han descubierto que el SNAP es una de las maneras más fructuosas de sacarle provecho al dinero (p. ej. por cada dólar que se gasta hay un mayor aumento en las actividades económicas y en la generación de empleo) entre un amplio rango de políticas para estimular el crecimiento y la creación de empleos durante una recesión económica.

Reduce el alcance y la gravedad de la pobreza y de la adversidad

El SNAP se enfoca en los hogares con menos recursos para la compra de alimentos. Proporciona recursos adicionales para alimentos, pero también permite que los hogares puedan disponer de sus recursos para otras necesidades básicas como, por ejemplo, alquiler, servicios públicos o atención médica. Según los datos administrativos más recientes del SNAP (los de 2019), cerca un 92 por ciento de los beneficios del SNAP es para los hogares con ingresos en o por debajo del umbral de la pobreza, y un 54 por ciento es para los hogares que están en o por debajo de la mitad del umbral de la pobreza (cerca de $10,980 para un hogar de tres personas en 2022).

Estas características hacen del SNAP una poderosa herramienta en contra de la pobreza. Un análisis del CBPP, que se valió de la medida suplementaria de la pobreza (la cual cuenta al SNAP como ingresos) y que corrige la información no actualizada de las encuestas gubernamentales, reveló que el SNAP mantenía a casi 8 millones de personas, incluidos 3.6 millones de niños, por encima del umbral de la pobreza antes de la pandemia.[6] Un análisis relaciona del CBPP reveló que el SNAP tiene uno de los mayores efectos en contra de la pobreza en comparación con los demás programas.

Apoya a los trabajadores que reciben salarios bajos

Además de proporcionar seguridad a las personas mayores y a quienes tienen una discapacidad o están temporalmente sin empleo, el SNAP está diseñado para suplementar los salarios de los trabajadores con salarios bajos.

Millones de personas en los Estados Unidos reciben salarios bajos, trabajan en horarios impredecibles y no reciben beneficios tales como licencia remunerada por enfermedad. Los beneficios del SNAP ayudan a cerrar las brechas de los trabajadores con salarios bajos o inconsistentes, incluidos los periodos en los que no tienen un empleo. Los trabajadores que participan en el SNAP son en su mayoría empleados en el sector de servicios o ventas como ayudantes o cajeros, que a menudo reciben salarios muy bajos y están en una posición de vulnerabilidad frente a la volatilidad de ingresos.

La fórmula de beneficios del SNAP elimina gradual y lentamente los beneficios a medida que aumentan los ingresos. Por cada dólar adicional que los participantes del SNAP reciben en su salario, sus beneficios son menos, de sólo 24 a 36 centavos. Esto quiere decir que, para la mayoría de los hogares del SNAP, el programa sigue sirviendo como apoyo de ingresos, haciendo que para las familias sea más fácil comprar alimentos, a medida que van aumentando sus ingresos salariales y trabajando para lograr estabilidad financiera y autosuficiencia. Los participantes del SNAP que pierden sus empleos pueden presentar solicitudes de beneficios y recibirlos rápidamente, y los trabajadores que participan no corren el riesgo de ver que el total de sus ingresos (ingresos salariales más beneficios del SNAP) se reduzcan si la promesa de más horas o de un empleo mejor pagado no logra materializarse. Los estados promueven apoyo de empleo a través del programa de Empleo y Capacitación del SNAP, el cual financia capacitación y actividades laborales para los adultos sin empleo que reciben el SNAP.

El número de hogares del SNAP con ingresos salariales mientras se benefician del programa se ha más que duplicado: de casi 2 millones a en 2000 a 5.4 millones en 2019. La proporción de todos los hogares participantes del SNAP con ingresos salariales mientras se benefician del programa también ha aumentado: de un 27 por ciento en 2000 a un 29 por ciento en 2019.

La mayoría de los participantes del SNAP que pueden trabajar lo hacen. Cerca de la mitad de las personas que participaron en el SNAP en un mes normal de 2015 estuvieron trabajando ese mes. Además, el 74 por ciento el año anterior o después de ese mes (en el periodo de los 25 meses). Las tasas fueron aún mayores al incluir el hecho de que los otros miembros del hogar también trabajaran: 89 por ciento de los hogares con niños y con adultos sin discapacidades tenía por lo menos una persona que había trabajado en el periodo de los 25 meses. Se espera que más de dos tercios de los participantes del SNAP no trabajen, principalmente, porque se trata de niños, adultos mayores o personas con discapacidades.

Apoya una alimentación saludable y al mejoramiento de la salud.

El SNAP permite que los hogares de bajos ingresos puedan pagar el costo de alimentos más saludables y estimula la compra de alimentos de las familias, específicamente de aquellos para preparar o comer en casa. Además, en todos los estados hay programas de educación nutricional en funcionamiento que le ayudan a los participantes a hacer elecciones saludables de alimentos.

Un número substancial de investigaciones recientes relaciona al SNAP con los resultados en el mejoramiento de la salud y costos más bajos en atención médica. Los adultos participantes del SNAP tienen una mayor autoevaluación de su estado de salud; también tienen menos ausencias laborales por enfermedad, van a menos consultas médicas y tienen menos probabilidades de pasar por experiencias de angustia psicológica. Se reporta que los niños que se benefician del SNAP tienen un mejor estado de salud que otros niños que no son participantes del SNAP; igualmente, sus hogares tienen menos probabilidades de limitar los gastos de atención médica para poder solventar otros gastos necesarios. Los adultos mayores que participan en el SNAP tienen menos probabilidades de ingresar a hogares geriátricos u hospitales que otros adultos mayores que no participan.

Múltiples estudios también han mostrado la relación entre la participación en el SNAP y la reducción de gastos en atención médica. Adicionalmente, estudios en la expansión nacional de los cupones para alimentos de las décadas de 1960 y 1970 revelan que los niños que nacieron de madres con bajos ingresos en los condados donde se implementaron los cupones para alimentos, tuvieron mejores resultados como adultos — las niñas lograron mayor autosuficiencia como adultas — que aquellos que nacieron en los condados donde el programa no se había implementado todavía.

Responde rápidamente a los desastres naturales

El SNAP proporciona asistencia nutricional de importancia a los hogares más vulnerables tras la presencia de desastres naturales. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y los estados trabajan de manera conjunta para proporcionar asistencia rápida y enfocada en quienes la necesitan después de un desastre. Esto puede incluir el reemplazo de los beneficios de los participantes para compensar las pérdidas de alimentos, la disponibilidad de beneficios temporales por desastre del SNAP para quienes no participan en el programa pero que sufrido grandes pérdidas y la flexibilidad en los requisitos del programa para facilitar el acceso y aliviar la carga excesiva para el personal administrativo. Por ejemplo, el SNAP le ayudó a los hogares que se vieron afectados por eventos de clima extremo tales como el huracán Zeta en Alabama en 2020, las nevadas en California, los tornados en Kentucky y los incendios forestales en Colorado en 2021. Debido a la pandemia, se les proporcionó a las agencias del SNAP una flexibilidad significativa en el funcionamiento administrativo para ayudarle a las familias elegibles a poner comida en la mesa. El Congreso también otorgó fondos adicionales a través del Plan de Rescate Estadounidense a Puerto Rico, Samoa Americana y la Mancomunidad de las Islas Marianas del Norte. (Dado que estos territorios estadounidenses reciben asistencia nutricional a través de subvenciones en bloque, la financiación por desastre no estaba disponible sin que la precedieran las medidas del Congreso.)

¿Qué tan efectivo y eficiente es el SNAP?

Antes de que el gobierno federal empezara a proporcionar asistencia nutricional de manera permanente a finales de la década de 1960, el hambre y la desnutrición se expandían en muchas comunidades de bajos ingresos de los Estados Unidos. En gran parte debido a estos programas de asistencia, tales condiciones no tienen números tan elevados.

En el año fiscal 2019, el 82 por ciento de las personas que cumplían con los requisitos para recibir los beneficios del SNAP, los recibieron. Esta es una mejora significativa de 2002, cuando la participación se desplomó al 54 por ciento. La participación entre las personas elegibles de las familias trabajadoras subió del 40 por ciento en 2002 al 72 por ciento en 2019.

Para promover la eficiencia y la integridad, el SNAP tiene uno de los sistemas de determinación de elegibilidad más rigurosos de cualquier programa federal de beneficios. Los hogares que presentan una solicitud al SNAP informan sobre sus ingresos y proporcionan otra información de relevancia; un empleado de elegibilidad estatal entrevista a la persona solicitante del hogar y verifica la certeza de la información comparando datos o a través de documentos del hogar, o comunicándose con una parte conocedora, por ejemplo, el empleador o el propietario de la vivienda que alquilan. Los hogares deben volver a presentar su solicitud de beneficios periódicamente, por lo general, cada seis o doce meses, y deben informar los cambios de ingresos que afectarían su elegibilidad entre cada solicitud de beneficios. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos le proporcionó a las agencias estatales una flexibilidad temporal para modificar los periodos de certificación y para dar cuenta de los requisitos durante la pandemia con el fin de ayudarles a los estados a gestionar la carga administrativa consecuente al aumento de casos, así pudieron adaptarse rápidamente al funcionamiento a distancia.

Además, el sistema de control de calidad del SNAP requiere que los estados seleccionen cada mes una muestra representativa de los casos del SNAP (que suma casi 50,000 casos a nivel nacional al año) tengan revisiones independientes del estado que confirmen que la precisión en las decisiones del estado sobre los beneficios y la elegibilidad se encuentran dentro de los lineamientos federales. Después, funcionarios federales llevan a cabo una nueva revisión de una submuestra de los casos.

A partir de tales revisiones, el Departamento de Agricultura divulga las tasas de errores en los pagos a nivel estatal y nacional. Cuando hay errores, por lo general, se trata de errores honestos que cometieron las agencias estatales o los hogares participantes y no de estafas. Las tasas de errores miden cuán precisamente los estados determinan las cantidades para los niveles de elegibilidad y beneficios. Los estados están sujetos a penalidades fiscales si las tasas de errores están continuamente por encima del promedio nacional.

Antes de la pandemia, la tasa de sobrepagos del SNAP era de solo un dígito y la de pagos insuficientes era menor al 2 por ciento. En 2019, el año con datos disponibles más recientes, la tasa de sobrepagos fue del 6.18 por ciento y la de pagos insuficientes fue del 1.18 por ciento.

El Departamento de Agricultura les permitió a los estados que suspendieran las actividades de control de calidad desde marzo de 2020 hasta mayo de 2020 dadas las "extremas circunstancias temporales" que hicieron difícil para los estados completar las revisiones a medida que se adaptaban a un funcionamiento a distancia, entre otros problemas de carga laboral. Posteriormente, el Congreso extendió la suspensión hasta junio de 2021. El Departamento de Agricultura motivó a los estados para que continuaran llevando a cabo las revisiones de control de calidad durante este periodo por motivos de mejoramiento interno y la mayoría de los estados así lo hicieron. No obstante, debido a que los estados no tenían la obligación de informar los resultados, el Departamento de Agricultura determinó que no era posible establecer las tasas de error del SNAP para los años fiscales 2020 o 2021. Los estados comenzaron a reportar sus tasas de error al Departamento de Agricultura en julio de 2021, de manera que se han retomado las actividades de control de calidad para el año fiscal 2022.

Para los años fiscales 2015 y 2016, el Departamento de Agricultura no informó las tasas de error en el control de calidad del SNAP debido a un informe de la Oficina de Inspección General que llamaba la atención en cuanto a preocupaciones sobre problemas de calidad en los datos con tasas de error en varios estados. Durante este tiempo, el Departamento de Agricultura llevó a cabo revisiones detalladas en todos los estados y tomó medidas para abordar la calidad y la consistencia en la medición. Las tasas de error revisadas de 2017 a 2019 fueron más altas que las se publicaron para el año 2014; el Departamento de Agricultura atribuyó el incremento de 2017 al proceso de revisión medición mejorada más que a un incremento inadecuado de pagos.

Compendios de política pública
Asistencia nutricional

End Notes

[1]Para ver más cálculos sobre la participación en el SNAP, consulte el tablero del CBPP con los datos de participación del programa en https://apps.cbpp.org/program_participation/#start.

[2]Los beneficios del SNAP estimados para el año fiscal 2021, sin el incremento relacionado con la pandemia, se calcularon al inflar — con las cifras del año fiscal 2021 del Índice de Precios de Consumo para Consumidores Urbanos (en inglés Consumer Price Index for All Urban Consumers o CPI-U) — los beneficios del año fiscal 2019 tomados de los datos de las características de los hogares del SNAP. El CPI-U se recalcula como el índice mensual promedio del año fiscal en lugar del año calendario.

[3] Las cifras se han redondeado y su suma puede no ser exacta.

[4] Steven Carlson, Joseph Llobrera, y Brynne Keith-Jennings, “More Adequate SNAP Benefits Would Help Millions of Participants Better Afford Food,” CBPP, actualizado el 15 de julio de 2021, https://www.cbpp.org/research/food-assistance/more-adequate-snap-benefits-would-help-millions-of-participants-better.

[5]Para ver una explicación más detallada sobre las asignaciones por emergencia del SNAP, consulte “A Quick Guide to SNAP Eligibility and Benefits,” actualizado el 6 de enero de 2022, https://www.cbpp.org/research/food-assistance/a-quick-guide-to-snap-eligibility-and-benefits.

[6]Para ver las cifras estimadas de las personas a quienes el SNAP sacó del umbral de la pobreza, consulte las tablas 1 a 10 del Apéndice (https://www.cbpp.org/sites/default/files/8-10-21pov-data.xlsx) Tablas 1 a 10 del Apéndice en Matt Saenz, “Research Note: Economic Security Programs Significantly Reduce Poverty in Every State,” CBPP, actualizado el 10 de agosto de 2021, https://www.cbpp.org/research/poverty-and-inequality/economic-security-programs-significantly-reduce-poverty-in-every.